Uno de los principales objetivos de la protección de riesgos laborales es la prevención y reparación de los daños ocasionados por accidentes y enfermedades. Los cuales en la mayoría de los casos suponen una baja laboral. Si bien ambas situaciones suelen ser similares, es importante determinar las múltiples diferencias entre ellas. Mientras un accidente de trabajo ocurre en un momento puntual. Las enfermedades laborales se generan paulatinamente debido a la realización diaria y constante de las funciones laborales.
Por un lado, consideramos un accidente de trabajo cuando un empleado de la empresa sufre una lesión funcional o corporal en el trabajo en el momento que desarrollaba sus funciones profesionales, o en el momento en el cual iba al trabajo o de vuelta a su domicilio, al ser un accidente de trabajo in itinere. Si bien es cierto que la mayoría de los empleados no suelen sufrir accidentes de trabajo, las consecuencias de pésimas prácticas previas pueden ocasionarlos. Es por ello que la recopilación de unas regulaciones comunes por parte de la ley, permite proteger tanto a los trabajadores como a las empresas.
Por otro lado, consideramos enfermedad profesional aquella que se contrae debido al trabajo realizado por cuenta ajena en actividades especificadas en el cuadro aprobado por la Ley. Estas enfermedades son provocadas por la acción de los elementos y sustancias indicados en el cuadro para cada enfermedad profesional. Así pues podemos definir como las enfermedades profesionales más frecuentes. El dolor de cabeza, el estrés o la fatiga visual, siendo dolencias que aparecen de forma paulatina, agravándose por diversos factores.
Si bien el concepto de enfermedad profesional o accidente laboral puede verse como algo repentino e incontrolable, existen una serie de praxis a seguir para que no ocurra, siendo sobre todo efectivo para evitar las enfermedades profesionales. Para ello es necesario estudiar el entorno laboral; Preparar un plan de acción en caso de que suceda alguno; Apostar por la formación preventiva; Garantizar el orden y limpieza de las instalaciones y finalmente mantener tanto la motivación como el bienestar laboral de los trabajadores.
Los empleados cometen errores trabajando. Por lo que se les debe enseñar cómo la organización del trabajo puede convertir sus puestos de trabajo en algo seguro. Además de proporcionarles las herramientas de trabajo pertinentes para que así sea. No existe nada más importante que hacer que tanto la salud como la seguridad se convierta en el activo más importante de la empresa. Es vital contar con todos los trabajadores posibles para un mejor desempeño de la empresa.
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