La refinanciación de diversas deudas está resultando ser una de las soluciones llevadas a cabo por las empresas que quieren evitar el concurso de acreedores. Muy proclives a la hora de refinanciar las deudas de empresas acreedoras de sectores muy afectados por la pandemia y la crisis.
A pesar de ello, supone una solución in extremis dado que la refinanciación se basa en aumentar el plazo de devolución del principal adeudado, aumentando en gran medida el pago de los intereses. A corto plazo el pago por préstamos y créditos bancarios se ve reducido, a costa de que a largo plazo el gasto por intereses sea mucho mayor. No obstante, la refinanciación de deudas es una solución aceptada por los bancos en caso de no poder atender a las obligaciones de pago. Es necesario llevar a cabo una serie de pasos.
El primer paso consiste en justificar que la empresa no puede atender sus obligaciones de pago. Demostrando que a través de la refinanciación se logrará viabilidad y se podrá devolver el principal adeudado. Durante todo el proceso de refinanciación, al ser este un proceso largo y complejo. La empresa no podrá solicitar más préstamos ni el banco podrá ejecutar las garantías a pesar del incumplimiento de las obligaciones.
Después de iniciar el proceso y negociar con el banco. Es necesario mantener el control sobre los otros deudores de la empresa para evitar que sus acciones de cobro obstaculicen la refinanciación de la deuda. El impago de otro deudor podría poner en riesgo toda la operación. Una vez terminada la negociación, se procede a la lectura de las condiciones sobre las cuales se realiza la refinanciación de la deuda. En especial plazos de carencia de principal, en los cuales se pagarán intereses en vez de devolver el capital. Es vital conocer la renovación de condiciones, en el cual lo más habitual es la ampliación del plazo de devolución o el tipo de interés.
Una vez hecho, se liquidan las deudas con cargo a la refinanciación, cancelando los importes a refinanciar de las deudas a través del nuevo préstamo concedido el cual sustituye a los existentes. Así pues, también es común dejar un saldo de dinero líquido para los gastos corrientes de la empresa, con el objetivo de beneficiar al plan de viabilidad de la misma. Finalmente se lleva a cabo la firma de los contratos bancarios en escritura pública ante notario.